Desde hace varios días quiero tratar de resumir todas las sensaciones que me genera la selección de fútbol, pero no puedo. Una mezcla de bronca, miedo, incertidumbre y resignación se entrecruzan a la hora de buscar culpables, causas y soluciones. Las aristas para abordar el tema son interminables y con cada día que pasan parece haber más puntos para analizar.
Revolviendo un poco en la web, encontré una nota de Juan Pablo Varsky publicada hoy por el sitio “Cancha llena” (La Nación) que –según mi punto de vista- no tiene ninguna objeción. A continuación les dejo los fragmentos más interesantes de la nota, y al final un link para leer todo el artículo en caso de que quieran hacerlo.
Aclaración: la frase en cursiva de la primera oración es una reseña hecha por mí para darle contexto.
Revolviendo un poco en la web, encontré una nota de Juan Pablo Varsky publicada hoy por el sitio “Cancha llena” (La Nación) que –según mi punto de vista- no tiene ninguna objeción. A continuación les dejo los fragmentos más interesantes de la nota, y al final un link para leer todo el artículo en caso de que quieran hacerlo.
Aclaración: la frase en cursiva de la primera oración es una reseña hecha por mí para darle contexto.
“Las últimas imágenes del naufragio en Asunción se parecen asombrosamente a las de aquella derrota en Santiago de Chile el 15 de octubre de 2008 -día en que renunció Basile-. Hay muchas coincidencias. El resultado (0-1), el paupérrimo nivel del equipo, un entrenador argentino que le da identidad futbolística al rival (Bielsa y Martino), la inadmisible indolencia de las mismas jóvenes estrellas (Messi, Agüero), la repetida improductividad de los mismos veteranos (Zanetti, Heinze) y los manotazos de ahogado del seleccionador de turno acudiendo a futbolistas que nunca habían jugado en su respectivo ciclo (Bergessio y Sand en Chile; Palermo y Schiavi en Paraguay). […] La única diferencia entre Asunción y Santiago es que Diego no renunciará. Además de esa absurda alusión a sus hijas (a cualquier otro entrenador le hubiera costado el puesto), sus declaraciones posteriores se llenaron de resentimiento hacia los periodistas: "Desde los 15 años, me vengo peleando con ustedes". No es cierto. El periodismo deportivo ha sido muy indulgente con él. Con la excusa de separar al jugador de la persona, le hemos perdonado actitudes, amenazas, agresiones y contradicciones. […]
Maradona es responsable de que el equipo no tenga una idea de juego. Como líder de grupo, mandó mensajes contradictorios ("Carrizo es mi arquero") e imprudentes ("Mascherano y diez más"). Convocó futbolistas compulsivamente y formó un cuerpo técnico incompetente. Alejandro Mancuso y Miguel Lemme no cuentan ni con la capacidad ni con la autoridad para ejercer de ayudantes de campo. […]
Maradona necesita ayuda porque así no puede. Ojalá tenga la grandeza de aceptar un límite. Se impone con urgencia la creación de un equipo interdisciplinario, integrado por entrenadores y profesionales con experiencia en manejo grupal y trabajo de campo. […]
La Argentina no gana un título oficial desde 1993. Los éxitos en los juveniles no llegaron a la selección mayor. […] La gran mayoría de los campeones juveniles ha sufrido el mal de la explosión prematura y ha llegado a su pico de rendimiento a los 21 o 22 años. […] Una evidencia demoledora afecta a todos los futbolistas argentinos, los de acá y los de allá. Ninguno ha rendido en la selección tanto como en sus clubes. Ninguno. No tenemos un genuino sentimiento de pertenencia hacia el equipo nacional. […] El problema excede a Grondona, quien, a la hora de designar a Maradona, manejó la AFA como si fuera un juguete propio y cocinó todo en cinco minutos, influido por sus hijos Julito y Humbertito. Pero no tiene la culpa de todo. Esto es mucho más profundo. Más allá de las responsabilidades individuales, este fracaso colectivo no distingue nombres propios. […]
Ojalá sirva esta incertidumbre, este temor de quedar afuera del Mundial. No tienen sentido las invocaciones místicas a México ’86 […] Ahí había un plan, que hoy no existe. Y Diego ya no juega. Hace falta un drástico replanteo sobre la selección nacional. Asumir con amplio criterio, casi de sociedad, este fracaso colectivo que tiene múltiples causas […] Sólo así, aceptando esta realidad y con una renovación estructural, podrán crearse las condiciones para una nueva hazaña.”
Si querés leer toda la nota, hacé click acá.
Y vos, ¿qué opinás de la selección? Dejá tu opinión…
Maradona es responsable de que el equipo no tenga una idea de juego. Como líder de grupo, mandó mensajes contradictorios ("Carrizo es mi arquero") e imprudentes ("Mascherano y diez más"). Convocó futbolistas compulsivamente y formó un cuerpo técnico incompetente. Alejandro Mancuso y Miguel Lemme no cuentan ni con la capacidad ni con la autoridad para ejercer de ayudantes de campo. […]
Maradona necesita ayuda porque así no puede. Ojalá tenga la grandeza de aceptar un límite. Se impone con urgencia la creación de un equipo interdisciplinario, integrado por entrenadores y profesionales con experiencia en manejo grupal y trabajo de campo. […]
La Argentina no gana un título oficial desde 1993. Los éxitos en los juveniles no llegaron a la selección mayor. […] La gran mayoría de los campeones juveniles ha sufrido el mal de la explosión prematura y ha llegado a su pico de rendimiento a los 21 o 22 años. […] Una evidencia demoledora afecta a todos los futbolistas argentinos, los de acá y los de allá. Ninguno ha rendido en la selección tanto como en sus clubes. Ninguno. No tenemos un genuino sentimiento de pertenencia hacia el equipo nacional. […] El problema excede a Grondona, quien, a la hora de designar a Maradona, manejó la AFA como si fuera un juguete propio y cocinó todo en cinco minutos, influido por sus hijos Julito y Humbertito. Pero no tiene la culpa de todo. Esto es mucho más profundo. Más allá de las responsabilidades individuales, este fracaso colectivo no distingue nombres propios. […]
Ojalá sirva esta incertidumbre, este temor de quedar afuera del Mundial. No tienen sentido las invocaciones místicas a México ’86 […] Ahí había un plan, que hoy no existe. Y Diego ya no juega. Hace falta un drástico replanteo sobre la selección nacional. Asumir con amplio criterio, casi de sociedad, este fracaso colectivo que tiene múltiples causas […] Sólo así, aceptando esta realidad y con una renovación estructural, podrán crearse las condiciones para una nueva hazaña.”
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