Una mezcla de soberbia -para mí, totalmente justificada- y grandeza lo convierte en un showman admirable tanto desde el punto de vista deportivo como financiero: todo lo que hace vende.
Su gran capacidad física y su talento atlético le dan incluso la posibilidad de regular y aflojar en los metros finales, como si guardara resto para la próxima carrera. En el recuerdo quedó aquella final de los 100 metros libres en Beijing 2008 donde faltando casi 30 metros perdió totalmente la postura y cruzó la meta con los brazos abiertos. En el actual Mundial de Atletismo en Berlín resulta curioso ver, en la misma competencia, a un Bolt “distraído” mirando hacia los costados de la pista, mientras por detrás Tyson Gay intenta sacar fuerzas de cualquier lado para al menos aparecer en la foto.

La última semana, en el Mundial de Atletismo que se disputa en Berlín (Alemania), el jamaiquino volvió a ser protagonista al quebrar sus propios tiempos: 9.56 segundos en los 100 metros libres y 19.19 en los 200 metros.
Además, para evitar cualquier tipo de dudas, en mayo de 2009 batió el récord de los 150 metros libres (distancia no oficial) en una competencia urbana en Manchester.
Sin duda Bolt seguirá batiendo sus propios récords y bajando centésimas en sus marcas. El jamaiquino más famoso por estos días, acaba de cumplir -ayer- los 23 años, y parece que por un buen tiempo no va a parar.
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